Este ha sido el capítulo que tuvo más impacto en mí,
simplemente me encantó. Ward comenzó a ver en su clase las oportunidades en
lugar de las deficiencias, además menciona que comenzó a preguntarse qué podía
aprender de sus alumnos, dejó de lado el rol de conocedor para darse la oportunidad
de aprender de otras personas. ¿No es maravilloso? Soy de la idea de que
siempre tenemos algo que aprender de las demás personas, pero debemos de ser lo
suficientemente humildes para aceptar esos pequeños regalos. En el momento en
el que sentimos que “lo sabemos todo”, nos cerramos a toda oportunidad de
crecimiento y enriquecimiento en muchos sentidos.
¿Porqué tuvo tanto impacto en mí? Mi mamá estaba a punto de
dar a luz a su tercer hijo; era un embarazo perfectamente normal, pero un
pequeño error en la anestesia, estuvo a dos minutos de acabar con su vida y con
la de mi hermanito. La hipoxia fue tal que los doctores pronosticaron
“parálisis cerebral” para el recién nacido. Hoy en día, mi hermano no tiene
parálisis cerebral, sin embargo, la hipoxia que tuvo al nacer tuvo como
consecuencia: falta de motricidad, problemas lingüísticos y problemas de
aprendizaje.
Encontrar una buena escuela para estudiar la preparatoria parece
tarea sencilla para la mayoría de las personas; para mis padres no lo fue,
ninguna escuela quería “echarse el paquete” de enseñarle a mi hermanito. La
búsqueda continuó por parte de mis padres, y después de un par de dudas, la
directora de una escuela y su equipo de trabajo se comprometieron a trabajar
junto con mis padres en la enseñanza de Carlitos. En un principio las maestras
le decían a mi mamá con frustración “sacó 6 en español” y mi madre siempre
respondía “me parece excelente, veo a Carlitos muy contento, a su manera está
aprendiendo y está haciendo buenas relaciones con sus compañeros, el número no
es importante para mí, pero si lo es su seguridad y su felicidad”.
En una entrega de calificaciones de fin de año, la directora
del colegio pronunció unas palabras para mi hermanito: “Quisiera agradecer a
Carlitos, por luchar siempre y no rendirse, porque inspiraba cada día a sus
compañeros, nos retaba al grupo de maestros y a mí a dar más de lo que hasta el
momento pensábamos que podíamos dar y porque nos ha dado la oportunidad de
aprender lo que es la calidad humana”.
Creo que no es fácil salirnos del esquema de lo que es “correcto”
o no en la educación, para muchos la calificación es lo importante, para otros,
la actitud de lucha ante la vida.
Gracias Blanca! por compartirnos esta historia tan tuya, tal cual lo dices la actitud es fundamental y no todos la tienen, los conocimientos en el momento que los necesites ya los aprenderás. La actitud de tu hermano propició que todos los demás dieran un poco más, que maravilloso! Saludos! =)
ResponderEliminarMe movió tu historia Blanca y la conexión que hiciste con el capítulo 18. Muchas gracias.
ResponderEliminar