Me encantó como aborda block el tema de la visión de la
empresa. Concuerdo con el en que, ciertamente, muchas empresas tienen las
paredes y salas de juntas adornadas con un cuadro enorme que recuerda la
visión. El problema que veo yo es que, muchas veces (por no decir en la mayoría
de los casos), la visión está hecha por el dueño, gerente, es decir, por la
punta de la pirámide. La visión refleja lo que el líder cree que es mejor para
la compañía y comparte con los demás su objetivo. ¿Qué sucedería si el mensaje
de las paredes fuera una construcción de todos y cada uno de los trabajadores?
¿qué ocurriría si cada uno aportara ideas, retroalimentara y propusiera? En lo
personal, creo que si la visión fuera el producto de la gente que realmente
opera la compañía, la sentirían suya y la llevaría como estandarte día a día en
cada acción que realicen, pues, día a día estarían luchando por el objetivo que
ellos mismos se propusieron.
De este capítulo también quisiera recatar la parte en la que
el autor expresa: “No estamos aquí para componer a las personas. Nuestra tarea
es enfocarnos en las capacidades de la gente y lo que pueden hacer con sus
acciones”. Creo que hay un mensaje muy importante en esto, ya que generalmente
el enfoque de los jefes es “corregir lo que está mal”. Probablemente sea más fácil
señalar los errores que exaltar las virtudes; pero concuerdo con el autor en
que tener confianza en las personas, hace que ellos mismos crean en sus
posibilidades y se generen resultados positivos. El pensamiento es creador.
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